sábado, 20 de marzo de 2010

Prof. Nelson Rodríguez - El Entramado con la Naturaleza

El siguiente postulado está relacionado en la formación del espíritu humano CESPIRHUM por parte de la educación. Esta propuesta parte de la integración con la naturaleza y no la relación como mero hecho de contemplación o armonía. La propuesta tiene como objetivo entender la naturaleza como parte de nuestra vida en una integración inseparable, como una tela de araña, como un eslabón en una cadena, el entramado, no se concibe de otra forma, pues es contra natura, negación de la vida. Es una relación de igual a igual.

En relación al tema de la Integración con la Naturaleza es necesario superar el personalismo predominante en la sociedad post modernista y actuar en concordancia con la naturaleza en una estrecha relación con las personas y los problemas del planeta.

No se pueden superar los conflictos actuales solo con declaraciones y postulados, se requiere un acercamiento más profundo y espiritual con la naturaleza, en una cosmovisión más allá de nuestras individualidades e intereses personales.

Se debe educar para sensibilizar en una estrecha relación con el medio ambiente basados en una praxis, no como una simple información que solo servirá para obtener una nota, sino la necesidad de entender el planeta en el peligro de desaparecer, el daño a la atmósfera, la desertización son reales, la extinción de especies, la desaparición de ríos y selvas alteran el ecosistema, no somos pasajeros de transito del planeta sino parte de él y son pertinentes las palabras del jefe indio de Seatle al jefe Blanco, cuando manifestaba: formamos parte del entramado de una red; esto en relación con la tierra y la vida de las personas. En tal sentido, se propone la integración con la naturaleza para una praxis en una nueva visión con la naturaleza.

La ausencia de conciencia de la gravedad de la crisis ecológica, nos convierte en cómplices por la ignorancia manifiesta; es necesario, desde los organismos planificadores, incorporar a los planes de estudio el tema ecológico como una alimentación del espíritu para que forme parte del entramado racional como seres humanos; no puede existir un ser humano desligado del cuido de la naturaleza, porque es contrario a la vida misma.

Esta falta de vinculación con la naturaleza existe con mayor fuerza en el modelo económico occidental, donde a la misma se le usa y se altera según la conveniencia de la civilización y el confort en una carrera desaforada marcada por la codicia. Todo lo contrario ocurre en el mundo occidental, pues la naturaleza y el individuo es una unicidad, existiendo un verdadero intercambio.

Distintas sociedades científicas han advertido de la gravedad del asunto, si persistimos en no tomar decisiones incluso se habla de fechas cuando manifiestan los daños por ocurrir para la segunda parte del presente siglo. Al punto de un colapso por el calentamiento de la tierra que amenazaría la sobre vivencia en la tierra. Entonces no se trata de conocer, sino de reaccionar, de trabajar para cambiar hábitos de vida para preservar la vida misma; sin embargo, no se trata de volver a la época de las cavernas, de lo que se trata es de no producir y no utilizar productos contaminantes que dañen la naturaleza, porque está en juego la vida.

El uso indiscriminado de químicos hará para los próximos años la desaparición de especies y del hombre mismo, se presentarán catástrofes, cáncer de la piel y otras enfermedades. Se acrecentarán las hambrunas, por cuanto las tierras cultivables se están destruyendo y por ende crecerá la pobreza en el mundo.

Otro de los peligros ya presentes en el planeta, es el del agua potable; ya regiones acusan grandes sequías o sus fuentes están secas o destruidas, los países se distribuirán entre los que tengan agua y los que carecerán de ella, existiendo grandes éxodos hacia los primeros, ocasionando conflictos bélicos y xenofobias.

La contaminación no es solo física, química o biológica, sino también de índole psicológica y sociológica, por cuanto el individuo es uno solo. El aumento de patologías como la ansiedad, la depresión, angustia, neurosis, drogadicción, alcoholismo, la violencia, son otros de los males de buena parte de los ciudadanos del planeta y lógicamente hacen disminuir la calidad de vida. De ahí, la necesidad de alimentar el espíritu desde la escuela con una conciencia hacia el cuido de la naturaleza. Solo viviendo en armonía con el medio natural en una relación de intercambio, puede el hombre desarrollar creativamente su vida.

Esa praxis relacionada con la naturaleza se puede desarrollar individualmente o en colectivo. La primera como una concientización del individuo y una práctica cotidiana de su vinculación con la naturaleza desde su individualidad y su entorno, tal como: escribir, programas de radio etc. y la segunda propiciar grupos en defensa de la naturaleza desde distintas propuestas colectivas y de mayor alcance.

Tomado de la tesis doctoral de Prof. Nelson Rodriguez "LA SENSIBILIZACIÓN: ESENCIA EN LA FORMACIÓN DEL SER HUMANO Y CULTIVO DEL ESPÍRITU A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN HOLÍSTICA"

martes, 16 de marzo de 2010

Elías Capriles - Individuo Sociedad Ecosistema

Individuo, sociedad, ecosistema: Ensayos sobre Filosofía, política y mística (1994): En el primer capítulo Capriles establece su posición ontológica y gnoseológica en el contexto de la discusión de la definición de “filosofía”. En el segundo capítulo, desarrolla una filosofía degenerativa de la historia que invierte totalmente la de Hegel: tal como lo establecen varias tradiciones orientales, incluyendo el budismo, así como tradiciones occidentales que incluyen a los estoicos, la evolución social y espiritual de la humanidad ha constituido un proceso de degeneración progresiva. En efecto, de acuerdo con Capriles, en vez de ser un desarrollo de la verdad y la perfección, la evolución social y espiritual y la historia de la especie humana constituyen un desarrollo del error y la fragmentación, en parte como resultado de las relaciones entre los dos hemisferios del cerebro humano descritas por Gregory Bateson (1972, 1979), de una forma que Capriles explica en términos de la espiral de simulaciones creada por R. D. Laing (1961) y del concepto de negación fenomenológica implícito en la teoría de la mala fe desarrollada por Sartre (1943/1980). Este aumento hace que dicho error y dicha fragmentación den lugar a la presente crisis ecológica, con lo que ellos (y todo lo que se desarrolla con ellos) completan su reducción al absurdo, de modo que, o bien se restablece el orden primordial y comienza una nueva edad de oro, era de la verdad o edad de perfección, o bien la especie humana se autodestruye. Capriles también revisa la teoría de evolución social de Marx y Engels, señalando que dicha evolución no comprende progreso ni tampoco resulta de la lucha contra la indigencia: existencialmente, los humanos primitivos eran absolutamente ricos, y la pobreza es resultado de la evolución degenerativa. Sin embargo, Marx y Engels están en lo cierto al señalar que la evolución social de nuestra especie se inicia con una forma de comunismo y concluye con una nueva forma de comunismo. Luego muestra cómo la sociología sistémica de Niklas Luhmann (basada en el concepto de autopoiesis de Varela y Maturana) usa una teoría de sistemas [de un tipo que muchos considerarían como] de “nuevo paradigma,” para producir una teoría sesgada instrumentalmente que busca mantener el orden social al precio de la libertad y la subjetividad humanas, y también muestra cómo la crítica de Habermas a Luhmann erradamente deshecha todas las teorías de sistemas, en base al falso supuesto de que todas éstas necesariamente producen los efectos indeseables implícitos en la teoría de Luhmann (Luhmann y Habermas 1971). Capriles señala que un cambio de paradigmas será insignificante e inefectivo a menos que una revolución en la psiquis humana ponga fin al error o delusión que se va desarrollando a lo largo del ciclo temporal, así como a las relaciones instrumentales resultantes de la evolución de dicho error. Apoyándose en el anarquismo no violento (entre otros autores, Kropotkin), el marxismo libertario (entre otros autores, Castoriadis), la política verde y la comprensión budista de la psiquis humana, Capriles desarrolla una teoría de la revolución social, y a continuación establece algunos lineamientos generales de cómo podría ser el comunismo libertario al que debemos llegar si nuestra especie ha de sobrevivir. Finalmente, en el último capítulo desarrolla una teoría del valor que establece una conexión directa entre Valor, Verdad, Bien, Belleza y Riqueza, y explica la aparición del valor ético, el valor estético, el valor económico, etc., como consecuencias del encubrimiento de la Verdad / el Valor / el Bien / la Belleza / la Riqueza, y señala que dichos valores, en vez de restaurar el Valor, la Verdad, el Bien, la Belleza y la Riqueza, nos apartan mucho más de ellos, impulsando el proceso de degeneración social y espiritual.

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La Marcha de los Pingüinos

Cada verano, los pingüinos, una vez que han encontrado pareja, viven para un solo objetivo común: reproducirse. Emprenden una marcha desde donde están hasta su lugar de nacimiento. Es ahí donde ponen sus huevos cuidadosamente. Luego, las madres regresan a su lugar de origen a alimentarse y guardar comida para sus crías. Cuando regresan, les toca el turno a los padres. Las marchas son largas, los animales están hambrientos y, así como algunos adultos no sobreviven el trayecto, algunas crías mueren si la comida demora mucho en llegar o incluso, antes de nacer, si el huevo queda expuesto al frío más segundos de lo que puedan soportar.

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En base a este documental, pudiésemos reflexionar sobre ¿qué ocurría si el deshielo se produjera antes de que las crías de los pingüinos estuviesen en capacidad de integrarse al mar, o si se acentuaran cada vez más las tormentas que enfrentan los pingüinos durante su ciclo de reproducción? Posiblemente estos elementos conllevarían a la extinción de esta especie en un futuro. Lo mismo pudiese ocurrirle a miles de especies que experimentan cambios importantes en sus hábitats naturales.

Al Gore - Una Verdad Incómoda

Los seres humanos están sentados en una bomba de relojería. Si la mayoría de los científicos del mundo tienen razón, nos quedan apenas diez años para evitar una catástrofe de grandes proporciones que podría hacer entrar el clima del planeta en una espiral destructiva con temperaturas extremas, inundaciones, sequías, epidemias y oleadas de calor hasta ahora desconocidas. Una catástrofe preparada por los hombres. Esta es la historia de la apasionada entrega de un hombre decidido a exponer los mitos e ideas equivocadas acerca del calentamiento global y de su prevención. Este hombre es el ex vicepresidente Al Gore, que después de perder las elecciones de 2000 decidió cambiar de rumbo y dedicarse a ayudar a salvar el planeta.

Este conmovedor retrato de Al Gore y de su “espectáculo itinerante de calentamiento global” muestra a un hombre divertido, abierto y dispuesto a todo para hacer llegar a la mayor cantidad de gente posible la sorprendente verdad acerca de lo que él llama “la emergencia planetaria” antes de que sea demasiado tarde. Las peores tormentas conocidas en Norteamérica tuvieron lugar en 2005 y Al Gore no se muerde la lengua a la hora de explicar lo que está pasando.

El documental, además de exponer claramente los hechos y de hacer algunas predicciones, cuenta la historia personal de Al Gore, desde el universitario idealista que empezó a preocuparse por la crisis medioambiental a escala mundial, pasando por el joven senador que debió enfrentarse a una terrible tragedia familiar, hasta el hombre que casi llegó a presidente pero que regresó a su primera pasión, el medioambiente, convencido de que aún se podía hacer algo. Usando el ingenio, la inteligencia y la esperanza, demuestra que el calentamiento global ya no puede verse como un tema político, sino como el mayor reto moral al que se enfrenta nuestra civilización.

Descargar libro de Al Gore "Una Verdad Incómoda"

Al Gore mafiesta en su documental que “viejas costumbres + viejas tecnologías = consecuencias predecibles” mientras que “viejas costumbres + nuevas tecnologías = consecuencias impredecibles”, en alusión a la comparación entre las consecuencias medio ambientales de las guerras en épocas pasadas y las desarrolladas recientemente, haciendo un énfasis especial, en la destrucción masiva y los efectos negativos en la salud y en el ambiente producidos por la tecnología nuclear.

Indudablemente, el desarrollo tecnológico ha contribuido a que se acentúen los problemas medio ambientales, pero también los avances en todas las áreas de la medicina y la ingeniería, han mejorado nuestra calidad y expectativa de vida, enfermedades que antes eran incurables ahora tienen cura, disponemos de calzados y vestidos que nos protegen del clima satisfactoriamente, se han reducido las distancias entre las ciudades y continentes, con la invención del transporte terrestre, marítimo y aéreo y el auge de las telecomunicaciones. No se trata por tanto de renunciar a la tecnología y regresar a un estilo de vida primitivo, pero si debemos tomar conciencia y abandonar los estilos de vida consumistas caracterizados por modas pasajeras. Cada vez que compramos un producto que no necesitamos, contribuimos a la degradación innecesaria de la naturaleza, se trata entonces de hacer un uso racional de los recursos naturales, de no explotarlos hasta alcanzar su agotamiento, de vivir en armonía con el ambiente que nos rodea, de integrarnos con la naturaleza, de beneficiarnos de todos los tesoros del planeta, sin olvidarnos de que lo necesitamos para vivir, de que somos parte de él, más no seres superiores, porque si el planeta desaparece nosotros también desapareceremos, y debemos tener siempre presente que las generaciones futuras al igual que nosotros, necesitan de un planeta para vivir.

Carta del Jefe Indio Seattle

El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas.

¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habeis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.

Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores s
on nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia. "Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Mas, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a cualquier hermano.


Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras sí sólo un desierto.

No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. Pero quizá sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse el desplegarse de las hojas en primavera o el orzar de las alas de un insecto. Pero quizá sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cala del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.

El aire es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizante, se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que sustenta. Y, si os vendemos nuestras tierras, debéis dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.

Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre. Todas las cosas están relacionadas ente sí.

Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el suelo se escupen a sí mismos.

Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.

Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con el -de amigo a amigo no puede estar exento del destino común-. Quizá seamos hermanos, después de todo. Lo veremos.
Sabemos algo que el hombre blanco descubrirá algún día: que nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora pensáis quizá que sois dueño de nuestras tierras; pero no podéis serlo. El es el Dios de la humanidad y Su compasión es igual para el hombre blanco. Esta tierra es preciosa para El y el causarle daño significa mostrar desprecio hacia su Creador. Los hombres blancos también pasarán, tal vez antes que las demás tribus. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así termina la vida y comienza la supervivencia....